Noche perfecta, cena sabrosa hasta llegar al plato fuerte del brindis final y… dilema: ¿vino espumoso o champagne?
La diatriba está abierta.
Si no queremos ser banales e insistir simplemente en una cuestión de nacionalismo entre las burbujas italianas y las de nuestros primos franceses, tratemos de entender cuáles son las características de uno y otro, cuál preferir al final y qué son los gustos. en el exterior.
Las diferencias entre el vino espumoso y el champán son enormes, también desde el punto de vista legislativo.
En Francia, el vino espumoso se llama Crémant, producido en varias regiones famosas de Francia, como Provenza o Borgoña.
Además, incluso dentro de las mismas regiones geográficas existen diferencias debidas a las uvas utilizadas, no a otras características específicas utilizadas en la producción de vino.
Italia es sin duda la cuna del espumoso por excelencia, así como Francia dio su nombre y lugar de nacimiento al noble champán.
Veamos con más detalle cuáles son las principales diferencias y las tierras de origen de ambos.
que es un champan
Origen: exclusivamente francés, el champán debe su nombre a la tierra homónima que alberga varios pueblos como Aube, Marne, Ain, a unos 150 km al noreste de París.
Hablamos de un vino efervescente obtenido siguiendo el método clásico denominado ‘champenoise’.
Las uvas utilizadas son: Pinot Noir, Pinot Meunier y Chardonnay, vinificadas en blanco.
La vendimia se realiza de forma manual, sin el uso de máquinas, ya que la uva debe llegar en perfectas condiciones.
El almacenamiento de las botellas se realiza en lugares oscuros y frescos para permitir la formación de dióxido de carbono.
Tras un largo periodo de maduración y un minucioso proceso, se añade al vino un almíbar compuesto por levaduras naturales, sales nutricionales, azúcar moreno o remolacha.
Es decir, una receta secreta para darle un sabor más azucarado, pero que sobre todo determina sus características organolépticas.
Finalmente, se procede al corcho real con el famoso corcho en forma de hongo.
que es un vino espumoso
Origen: desde Franciacorta hasta las tierras de Prosecco en Italia, tenemos varias regiones famosas por la producción de burbujas.
Algunas vides que hacen un buen vino espumoso son, por ejemplo, Verdicchio en Marche, Inzolia en Sicilia y Torbato en Cerdeña, además de las tierras de Oltrepò Pavese y, en el sur, San Severo, Puglia.
Para la producción de vino espumoso, se permite utilizar el método Clásico o Champenoise (obligatorio para Champagne) y el llamado Martinotti.
El último método se diferencia del primero por la segunda fermentación, que no se realiza en botella, sino en autoclave, dando lugar a vinos espumosos más afrutados.
De hecho, este método prefiere uvas aromáticas como Moscato y Malvasia.
Mientras que Prosecco deriva, por ejemplo, del último método, un Franciacorta es un vino espumoso derivado del método Champenoise.
Luego hay otras diferencias en las diferencias.
O hay vinos espumosos naturales y vinos espumosos.
Estos últimos son de calidad mediocre y el dióxido de carbono no se forma de forma natural sino que se añade a bajas temperaturas.
Claramente, estas diferencias se traducen en precios al consumidor significativamente más bajos.
Champagne y vino espumoso en el mundo
Según datos publicados por Wine Monitor, el año pasado Italia exportó vino espumoso a 2,8 millones de hectolitros, o 370 millones de botellas en 160 países, superando a Francia (1,8 millones de hectolitros) y España (1). 6 millones).
Los principales importadores continúan siendo Reino Unido, Estados Unidos y Alemania, con compras del 59%, 51% y 29% de nuestro volumen total, respectivamente.
Desafortunadamente, la diferencia una vez más hace el precio.
Y desde este punto de vista, Francia es incomparable. El precio medio de un vino espumoso francés es tres veces el de Italia en Alemania, cinco veces en los EE. UU. y seis veces en el Reino Unido.
Si pasamos al champán, la diferencia es aún más acusada, hasta ocho veces en EE.UU.
¿Prefieren los balones italianos en el extranjero porque son más baratos?
Sería absurdo.
Sin embargo, aún hoy, la calidad de los vinos espumosos y champagnes, tanto peninsulares como de los Alpes, ha alcanzado cotas elevadas, buscando la perfección, precisamente para ofrecer un producto cada vez más excelente.
Hay bodegas que han sido apreciadas y reconocidas internacionalmente por sumilleres y conocedores.
Para los vinos espumosos, las bodegas de Franciacorta, como Ca’ del Bosco y Berlucchi, o en Veneto, Adami Adega o Piemonte La Scola, ganan el podio.
Por el triunfo de Louis Roderer, Dom Pérignon y el champán Krug.
Al final, sin embargo, prevalece el gusto personal y subjetivo. De gustibus non disputedum est – así como la combinación que hacemos de ella.
Si prefieres el vino espumoso o el champán, lo importante es saborearlo con gusto, quizás en buena compañía, disfrutando de sus aromas, aromas y olores…claro sin exagerar.
En resumen, ¡hay una opción para cada billetera!